"No te fíes nunca de las apariencias..."

sábado, 12 de diciembre de 2009

The island of vampires 4

Anduve poco a poco hasta llegar al camino. La chica me miró sorprendida pero con un toque de alegría en su rostro. Su pelo castaño lucía unos tirabuzones que le llegaban hasta la cintura recogidos en una fina trenza con el largo pelo suelto. Vestía una camiseta de tirantes rosa pastel y unos vaqueros desgastados.
– Eres... ¿eres Emily? – dijo con voz precavida. Su voz era dulce y agraciada. Asentí con la cabeza y le sonreí.
– Sí. Y tú, eres Alexa Stone, ¿no?
– Yo misma – tan pronto sonrió como agachó la cabeza y su rostro se volvió amargo – Mira, te he hecho venir aquí para que puedas saber lo que pasó y para que me ayudes. Conseguí la dirección de tu orfanato gracias a un contacto que tengo en la ciudad. Si no te hubiera encontrado... – de repente se echó a llorar. Dejé caer la maleta de mis manos y me acerqué a abrazarla.
– Tranquilizate. Explícame que ha pasado y así podré ayudarte, venga cálmate Alexa – tras decirle estas palabras pareció relajarse un poco y solo quedaba el hipo del sollozo.
Me agarró la mano y subimos camino arriba atravesando la amplia maleza que se abría a los lados hasta llegar al poblado. Un cartel envejecido por el paso del tiempo mostraba el nombre del pueblo. Poison Hill. Señaló una casa con la fachada azul cielo y plena de hiedras.
– Aquella es mi casa. Podrás dormir allí – anduvimos hasta el porche y vimos una anciana esperando sentada en una mecedora – Mira, es mi abuela. Te la presentaré.
Subimos las escaleras de madera envejecida y me planté en frente de la mujer.
– Abuela, esta es la chica a la que pedí ayuda. ¿Te acuerdas de ella? Es la hija de la familia Proud – al oír el nombre de mi apellido, el cual no había oído en mi vida, o no recordaba, noté como mi corazón se contenía. La mujer se puso las gafas y me miró de hito a hito. Poco después sonrió.
– Oh, dios santo. La pequeña Proud. Cuanto tiempo. Has crecido mucho Emily. Aún me acuerdo de tu madre y tu padre, eran unas personas encantadoras – ¡esa mujer conocía a mis padres! ¿Aún vivían en el pueblo? Aunque el uso del pasado en el verbo me hizo retroceder en mi afán de creerlo.
– Ven Emily, vayamos a mi habitación – me indicó Alexa. Le seguí hasta su habitación. Nos sentamos en la alfombra y comenzó su explicación – Puede que no lo creas, cosa que sería razonable y normal. Pero … la razón por la que te he llamado quitando lo de tu pasado es por la desaparición que ha ocurrido en el pueblo – me quedé atónita. ¿Desapariciones? – Y entre ellos está mi hermano, Many. Tan solo tiene dieciséis años... desapareció por arte de magia una tarde que fue con un amigo arriba, a la montaña. El 13 de Mayo, hace dos meses. Su amigo Erik consiguió volver pero está en estado de sock y no ha vuelto a hablar desde ese día. Le he preguntado infinidad de veces que pasó pero siempre que lo hago comienza a gritar y a decir “Viene la bestia, viene la bestia. Moriremos todos” Solo de pensarlo me dan escalofríos. Y de hecho mi abuela me contó que cuando era joven su madre le contaba unas historias parecidas, al parecer ocurría lo mismo hace ciento cincuenta años. En esta aldea desaparecieron muchos jóvenes de entre catorce y dieciocho años. Y nunca, jamás, se han encontrado sus cuerpos o ropa, ni algún rastro o pista sobre su paradero. Avisamos a la policía pero no encontraron nada.
– Eso es horrible. Es muy extraño que no hayan encontrado nada. Más siendo tantas desapariciones. Y encima tu hermano está entre ellos. ¿Qué quieres que hagamos, investigar sobre el asunto? ¿Qué podemos hacer? Podríamos preguntar ...– entonces me acordé del diario – Espera, ¿de dónde sacaste el diario que me enviaste?
– Ah, ese diario. Era de una de las amigas de mi tatarabuela que desaparecieron, que al parecer era tu tatarabuela, Emily – abrí la boca tanto que me hice daño. ¿De mi tatarabuela? Juliett, la chica que contaba su día a día en aquel diario, la que vivió de tan cerca esos sucesos por primera vez, ¿era mi tatarabuela? Esto era muy aterrador y a la vez interesante.

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