"No te fíes nunca de las apariencias..."

sábado, 12 de diciembre de 2009

The island of vampires 13


¿Qué? ¿Jack Evans? ¿El amigo de mi tatarabuela? No podía ser. Tenía que ser un descendiente con el mismo nombre. Pero...me miraba con anhelo en su cara, con expresión divertida. Él sabía perfectamente lo que estaba pensando. ¿Qué especie de persona era?
– Simplemente no lo soy – contestó a mi pregunta sin que yo la hubiera formulado, dando vueltas a mi alrededor, observándome. Su respuesta me impactó. ¿No era humano? Dadas las circunstancias y atando cabos... ¿sería posible que él fuera...?
– ¿Qué queréis de mí tú y tu amo? – dije desafiándole con la mirada. No tenía nada que perder.
– Creo que ya sabes demasiado... por ahora te dejaremos... vivir tranquila.– dijo con una amplia sonrisa en su cara – Nos eres de gran interés, Emily... – en un parpadeo lo perdí de vista. Solo oí en mi mente su despedida.
Nos veremos pronto Emily. Había venido hasta aquí, hasta esta isla para descubrir mi pasado y quién eran mis padres. Mi vida de cuando era pequeña ya había sido descubierta, o eso creía. Pero por lo visto mi pasado aún escondía muchas cosas. Cosas que una persona humana no podría imaginar.
Y uno de los motivos por los que había venido también era la cuestión de ayudar a Alexa. Su hermano Many estaba entre las desapariciones que se habían estado llevando a jóvenes de esta aldea durante casi dos siglos. Él había sido el primero en desaparecer después de ciento cincuenta años tras la última persona. Mi tatarabuela.
En resumen, que ahora me daba cuenta que estaba pasando algo sobrenatural. No era ni un secuestrador, ni un asesino en serie. Era algo más oscuro y horrible, que mi cabeza sabía con exactitud pero no quería reconocerlo.

Bajé por las rocas y volví a la playa. Alexa y las demás ya no estaban. Se habían ido, y creo que no estarían muy contentas con mi ausencia. Pero ahora no estaba para salir a divertirme con otras chicas. Precisamente era eso lo que no me gustaba que hiciera Alexa, como si no pasara nada. Aunque mirándolo desde otro punto de vista, quizás lo hiciera para poder olvidar de vez en cuando ese sensación de tristeza. Sí, eso era lo que hacía.
Y una pregunta que tenía en mi cabeza. ¿Significaba el sueño que me había mostrado el amo de Jack que querían matarme? Seguramente, estaba más claro que el agua. Tenía la remota posibilidad de que escaparía de esta. Sería porque aún no sabía a lo me enfrentaba, o lo sabía y no quería darme cuenta del peligro. Pero la cuestión era que fuera lo que fuera, estaría en peligro escapara o no.

Ahora le debía a Alexa y a sus amigas una disculpa. Pero al menos no sería en vano. Me puse en pie para ir hacia casa y entonces vi a Leonard caminando hacia mí. Ahora que lo pensaba Leonard estaba metido en esto tanto como yo. ¿Le habría hecho una visita Jack o su amo?
Se acercó hasta el punto de estar a penas a un metro de distancia. Pero entonces le di la espalda y me senté en la arena de nuevo. Si quería decirme algo tendría que esforzarse un poco.

Se sentó a mi lado sin mirarme. Vi asomar sus auriculares en el hueco de sus orejas. Perfecto. Fantástico. Por lo visto no venía a decirme nada. Pero me extrañó, ya que normalmente huía de mí o me evitaba. ¿Habría cambiado de opinión? Decidí tomar algo de iniciativa propia.
– ¿Qué escuchas? – dije tomando uno de los auriculares sin prestar atención a su reacción. En el Mp4 sonaba Hey Daddy de Korn.
– Emily... – apagó el Mp4 y se giró hacia a mí sorprendiéndome. Me quitó el auricular de la oreja y me cogió la mano. ¿Qué hacía? Corrimos hacia el otro acantilado, donde estaba el faro y la iglesia. Me arrinconó en una de las esquinas de fuera de la iglesia. Acercó su boca a mi oído y dijo – ¿Aún no te has dado cuenta? Ellos... nos vigilan.
– ¿Ya te han hecho la visita? – pregunté mirando hacia otro lugar. Tenerle tan cerca me hacía sentirme nerviosa – Así que nuestros padres no murieron en un accidente de coche.
– Por lo visto no. Aunque no me fío demasiado de esos. ¿Has visto lo que pueden hacer? Esos tíos no parecen humanos. Esa piel tan pálida, los ojos rojo sangre, su mirada da miedo. Y pueden leer el pensamiento de los demás.
– Y manipular los sueños también – puse los ojos en blanco recordando el sueño sangriento – ¿Me dejas respirar? – le aparté con el brazo y me alejé unos pasos de él – Mira, no creo que estemos a salvo por mucho que huyamos. Ya sabes lo que les pasó a nuestros padres al intentarlo. Lo que no sé es la razón por la que los perseguían. ¿Que mal les podrían haber hecho ellos?
– No tengo ni idea. – entonces me miró perdido en sus pensamientos.
– ¿Y tú no estabas enfadado conmigo? – le dediqué una sonrisa forzada para remarcar lo incómoda que estaba.
– Es que a veces eres muy tonta – dijo soltando una risotada. Y después me miró otra vez. La profundidad de sus ojos verdes me envolvía.
– ¿Eso es un cumplido? – dije alzando una ceja.
– Según como lo mires – sacó la mano de su bolsillo y la alzó hacia mi rostro, cuando sus dedos estuvieron a punto de rozarme oímos una voz cerca de nosotros.
– Hola, Leonard – nos giramos los dos a la vez. Era un chico no muy alto, de pelo castaño y ojos azules. De un extraño parecido a Alexa.
– ¿Many? ¿Eres tú? – Leo corrió hacia él. Many se desplomó en los brazos de Leo – Many, Many, ¿qué te ha pasado? – de repente vi surgir de los dedos de Many unas enormes uñas afiladas y una sonrisa ensangrentada en su cara. Sus ojos se tornaron rojo sangre.
– ¡Ten cuidado Leonard! – Many le clavó las uñas en la espalda y Leonard pegó un grito de dolor, mientras se retorcía en el suelo con los brazos extendidos en su espalda. Many caminó hacia mí mientras lamía la sangre de sus uñas.
– Así que tú eres la hijita de esos bastardos de los que me han hablado tanto ellos... Me divertiré un rato contigo.
– Many, piensa bien lo que haces. ¡En estos momentos no eres tú! – sin escuchar mis palabras se inclinó sobre el suelo y pegó un salto enorme en mi dirección. Corrí pero alcanzó uno de mis pies. Me arrastró por el suelo hasta él. De pronto vi una sombra resurgir de dentro del bosque que se encontraba al oeste de la iglesia. Pegó un zarpazo a Many y lo lanzó lejos de mí. Cuando me conseguí centrarme un poco distinguí su cara. Era Jack.
– Maldita bestia – chilló Leonard en el suelo – Me ha rajado la espalda – corrí hacia él y le abracé.
– Tranquilo, ahora iremos al hospital. Jack gra... – no pude darle las gracias. Se había esfumado al igual que Many.

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