"No te fíes nunca de las apariencias..."

sábado, 12 de diciembre de 2009

The island of vampires 9


– Gracias Leo – le dediqué la mejor sonrisa que tenía guardada, intentando disimular mi nerviosismo.
– Emily... ¿puedo abrazarte? – su cara era seria ahora – Por favor.
– Claro – dios, que susto. Le alcancé con mis brazos y lo estreché entre ellos – ¿Qué pasa?
– Es que... no se si debo preguntártelo. ¿Cómo has pasado estos últimos años en el orfanato?
– Ah, te referías a eso. Me habías asustado – suspiré en mi interior – Lo he pasado muy bien. He hecho amistades y conocido a personas maravillosas. Pero supongo que tú al igual que yo también habrás conocido el vacío paternal. Que por muchas amistades y personas que te quieran siempre te falta alguien más. Respecto a eso, lo he pasado bastante mal... pero con personas que me quieran, aunque no llenen ese vacío siempre están ahí para ayudarte. No se... es algo difícil de explicar.
– Pues cualquiera lo diría. Acabas de describir exactamente lo que he pasado yo. Aunque... a mí no es que me guste que la gente este encima mío. Me gusta pensar a solas, deprimirme a solas. Por eso he estado más solo estos años, todo ha sido por mí. Cualquier chica que se me acercaba la rechazaba. Alexa en cambio solo buscaba una amistad más. Ella no es como las demás, me trató como a cualquier otro amigo. No demostró sentir lástima por mí y eso me gustaba, que me tratara como a una persona normal y corriente – ¿significaba esta charla que nos estábamos sincerando?
– ¿Te gusta ella? – ¿por qué esa pregunta me dolió tanto?
– Sí. Pero como una amistad neutro. Ya sabes, sobrepasa la amistad pero no los límites de amar. Es algo difícil de explicar – nos reímos los dos en una risa a coro.
Con él no me costaba hablar para nada. ¿Sería porque teníamos cosas en común o habíamos sufrido por lo mismo? Pero sabía que Leonard era una pequeña pieza de lo único que me hacía pensar en mis padres en positivo.
Me entró un poco de mareo. Sería por el frío. Me recosté en su hombro sin darme cuenta. La cabeza me estaba volviendo a dar vueltas y más vueltas.

– Emily, ¿Emily qué te pasa? – oía la voz alarmada de Leo a lo lejos, pero podía verlo a mí lado mientras me cogía en brazos y me tendía en la cama. Ya hacía un rato que no me encontraba bien del todo . De repente me costaba respirar. No podía respirar. Comencé a alzar el sonido de mi respiración. Me estaba ahogando.
– No... puedo... respirar – dije como pude.
Leonard se levantó del asiento que había tomado en la cama y se dirigió a la habitación del señor McDemon. Poco después oí como venían los dos.
– Probablemente haya cogido una pulmonía. Necesita respiración artificial. Y debemos llevarla al hospital. Chico, ¿sabes hacer el boca a boca? – ¿cómo? Oh, no. Eso sí que no... Pero mi vida estaba en juego, así que... ¿Os había comentado que atraigo los peores constipados y gripes?.
– ¿Qué? ¿El boca a boca? Bueno, en el campamento del año pasado aprendí algo pero...
– Vale. Con eso sirve - ¿iba a dejar mi vida en manos de alguien inexperto? Pero cualquier cosa servía en estos momentos, Emily, vamos Emily... adelante. Tomé de la camiseta a Leo y me lo acerqué a pocos centímetros de mi cara.
– Más te vale... mejorarme la... respiración... si me muero... te visitaré... como espíritu... y te juro... que te mato – pegué un último estirón y sus labios chocaron contra los míos. Apoyó un brazo a cada lado de mi cabeza y tras inspirar expiró una bocanada de aire a mis pulmones, que me hizo abrir un poco los ojos. Después de repetir varias veces esta acción, no sé si la respiración artificial funcionaría o no, pero caí rendida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario